Para Raquel esta obra fue todo un desafío.
Todas las representaciones teatrales exigen el máximo de sus actores y actrices, pero en este caso, tener que hacer como si hubiera bebido más de la cuenta, para Raquel supuso todo en reto. Así fue "La Máquina del Dr. Tráfficus".
La verdad es que nos reímos mucho mientras ensayábamos, porque nos costaba mucho imitar el acento de borrachos. Pero al final yo creo que lo conseguimos.
-¿Te acuerdas todavía del argumento sin haberla vuelto a ver?
Bueno, más o menos. Trata de un científico muy acelerado que no tenía cuidado con las normas de educación vial. Se quedó cojo después de que le atropellara un coche por cruzar a lo loco. Su ayudante se sentía culpable y por eso le aguantaba tantas cosas.
-¡Qué memoria! ¿Qué otros recuerdos te asaltan de aquella época?
La máquina del tiempo era una especie de trineo de muchos colores y tenía asientos para 5 personas. Luego también hicimos unos caballos con palos de escoba y las cabezas hechas con cartón. Tuvimos que llevar las caras manchadas porque éramos vagabundos y con Julián nos lo pasamos muy bien en los ensayos por los golpes que tenía.
-¿Te acuerdas qué pasó con el premio? ¿Lo ganamos?
Yo creo que sí, ¿no? Ah, calla, no, no lo ganamos. Fue una pena porque el esfuerzo que hicimos fue muy grande. Otra vez será.
Roberto Redondo (Educador C.O. Estar-Los Yébenes).
